La profesora María Hernández saca a la luz versos de hallados en los archivos menos frecuentados de España y Portugal.
Todo está en los archivos y bibliotecas. Tras investigar en algunos de los menos frecuentados de España y Portugal y escarbar entre los legajos del Manuscrito de Évora, la profesora María Hernández lanza esta semana Poesía inédita de Francisco de Quevedo (Libros del Silencio). Imposible, dicen los expertos, confirmar su autoría o negarla, pues bien pudo haberlos escrito Quevedo, que no publicó en vida sus versos, por lo que mucha de su poesía tal vez esté extraviada o siga, como hasta ahora, escondida en obras como ésta.
La nave que surcando el Ponto pasa
ligera y fuerte como viento y peña,
el bravo mar con ocasión pequeña
rompe, sorbe, deshace, ahoga, arrasa.
La ciudad fuerte o respetada casa
que de tratar las nubes se desdeña,
con breve curso el Tiempo nos la enseña
rota, humilde, asolada, yerma y rasa.
La ignorancia mortal que se alimenta
de bárbara ambición y se presume
potente, firme, estable, altiva, osada,
baje la rueda, reconozca y sienta
que en un punto la muerte la resume
en humo, en polvo, en viento, en sombra, en nada.
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